ACTIVIDAD Y ORGANIZACION DEL MENCH

Esta organización fundada en 1935, elaboró tempranamente sus estatutos y objetivos entre los que se contaba la constitución de comités comunales y provinciales que aseguraron una dinámica comunicación entre la directiva y las bases. Entre los métodos más frecuentes para difundir aquellos objetivos se cuentan los volantes, panfletos, cartillas educativas, circulares y documentos elaborados por las dirigentes que eran discutidos en reuniones y también en algunas concentraciones públicas realizadas en teatros de la capital. El fortalecimiento del compromiso del MEMCH con la condición de las mujeres – sus capacidades civiles, el patrimonio económico, el trabajola maternidad, la alfabetización y la paz – fue refrendado en las conclusiones del Primer Congreso del movimiento realizado en 1937 y en el Segundo Congreso del MEMCH de 1940. El feminismo que propugnaba el MEMCH apostaba por la combinación de demandas de la población femenina en general y reivindicaciones propias de las mujeres obreras en particular. No obstante, la preocupación por «problemas nacionales» motivó su participación en diversas campañas políticas durante la década de 1930 y 1940.

Las mujeres que dieron vida al MEMCH pertenecían tanto a la nueva generación de profesionales femeninas como a mujeres trabajadoras de destacada trayectoria sindical. Junto a Elena Caffarena y a Marta Vergara, el grupo de mujeres que lideró el grupo estaba compuesto por Flora Heredia, Graciela Mandujano, Evangelina Matte, Aída Parada, Olga Poblete, María Ramírez, Eulogia Román, Clara Williams de Yunge. Salvo las tres últimas, estas dirigentes pertenecían a la clase media profesional; se habían formado como abogadas, profesoras y asistentes sociales, comprometidas con el cambio social y las políticas estatales del bienestar y lucharon contra prejuicios sociales poderosos que obstaculizaban el ingreso de las mujeres al mercado laboral. Luego de estadías en Europa con el propósito de estudiar, trabajar o simplemente para conocer el Viejo Mundo, regresaron a Chile en la década de 1930 para emplearse en agencias estatales que las pusieron en contacto con la situación social del país.

María Ramírez y Eulogia Román, también importantes líderes de la directiva del MEMCH, provenían de la clase obrera, eran militantes destacadas del Partido Comunista y su principal motivación al adherirse a la creación del MEMCH era terminar con la doble opresión que, a su juicio, padecían las trabajadoras chilenas; la de clase y la de género.

 

 

 

 

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